Nuevamente, vuelvo con un TP para Análisis Musical II, con un estilo más propiamente al de un artículo más que a un análisis tradicional, con un cuadro de varias entradas, etc... Evidentemente, por entonces, disfrutaba mucho con la redacción de artículos sobre música!
UNLa
Departamento de Humanidades
Y Artes
Licenciatura en Música
Primer Cuatrimestre de 2008
Análisis Musical
II
Prof. Santiago Diez-Fischer
Alumno:
Juan Sebastián Garófalo
Sobre ‘Quartetto’, de
Krzysztof Penderecki
En 1960 fue escrita esta obra
instrumental, dirigida a una de las formaciones más alimentadas por los
compositores a través de los siglos, el cuarteto de cuerdas conformado por
primer y segundo violín, viola y violonchelo. Viene al caso recordar los
cuartetos que Beethoven escribiera en su madurez, para notar de inmediato la
radicalidad y originalidad con que Krzysztof Penderecki concibiera la obra que
aquí abordamos. La extensa y múltiple obra de éste compositor polaco abarca
trabajos camarísticos, sinfónicos y operísticos, donde podemos citar cuatro
óperas, de las cuales ‘Ubú Rey’ ha sido representada en el Teatro Colón de
Buenos Aires en agosto de 2004. Cabe destacar que la época en que el compositor
compuso ‘Quartetto’ pertenece a un período signado por la búsqueda de escribir
verdaderamente música nueva, ubicado temporalmente entre la década del 50 y la
del 70. Él mismo confiesa que a partir de la década del setenta su música
cambia, buscando continuar la tradición, como escribir sinfonías, cuando ya
nadie lo hacía. Por eso, ‘Quartetto’ no debería verse de inmediato como una
vuelta a las formas clásico-románticas.
¿Cuarteto de qué?
En principio, en esta obra hay
que señalar que los sonidos producidos no son los usuales a los que la música
académica acudió durante siglos, y que los modos de ejecutar los instrumentos
exigen, además del uso del arco y el pizzicato, efectos percusivos tanto sobre
las cuerdas como sobre la tapa de madera del instrumento.
La partitura es precedida por su
correspondiente hoja de abreviaciones y símbolos, indispensable para la
ejecución de la pieza. Las abreviaciones primeras ya nos informan de que se
tocará con arco, con pizzicato, normal, sobre el ponticello, con y sin vibrato,
y con la madera del arco, es decir, todas las maneras tradicionales conocidas
por el instrumentista, y esto es solo el principio. Posteriormente se grafican
los símbolos y se indican las formas de tocar, a saber: tremolo muy rápido y
sin ritmo; nota más aguda en el instrumento; tocar entre el puente y la cola
(de una a cuatro cuerdas a la vez); tocar en la cola del violín con el arco;
dos efectos de percusión, golpear las cuerdas con la palma de la mano o los
dedos sul tasto, y golpear sobre la tapa resonante con los nudillos o la
punta de los dedos; molto vibrato; vibrato muy lento con oscilación de ½ tono
por movimiento del dedo; senza arco, hacer vibrar la cuerda presionándola
fuertemente con el dedo.
La partitura se presenta sin
compás, pero sí con divisiones temporales donde la unidad es un segundo, y
aunque los grupos de ‘notas’ (o mejor descrito, sonidos graficados) son
anotados en símil-corcheas, los valores son relativos y significan un margen de
interpretación amplio para el instrumentista. Sin embargo, se ve desde la
partitura, en un análisis minucioso, que el margen de libre interpretación no
es necesariamente mayor al que puede ofrecer una partitura tradicional...
El uso del pentagrama responde a la absoluta necesidad de la
ocasión. No es como la mayoría de las partituras para percusión, que utilizan
pentagramas a pesar de necesitar quizás dos o tres líneas (eso será para que
los percusionistas no se sientan desplazados de la música?).
Un cuarteto de cuerdas percusivo, y un piano como un güiro
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